“The only sure way to avoid making mistakes is to have no new ideas”. Albert Einstein
Es abundante la literatura que existe y sale cada día sobre el tema de la innovación en las Organizaciones, sin embargo a pesar de no existir una última palabra, podemos señalar que la tríada Ambiente, Equipo, Líder, son aspectos determinantes para generar una Cultura Innovadora.
En primer lugar significa la creación de un ambiente en el cual:
Se permita sentir, sea posible divertirse, la gente se puede arriesgar a plantear ideas lógicas, ilógicas, tontas, irreales, posibles o imposibles; esto significa que se parte de la premisa: “todos somos creativos”, por eso en una primera fase de creación se prohíben los juicios, las ideas asesinas y se diferencia una fase de creación de una fase de solución.
El espacio físico se adecúa de manera que invite a: la generación de ideas, la flexibilidad, la construcción conjunta, soñar despiertos, usar el buen humor y vivir en un clima de camaradería. (Espacios abiertos, coloridos y cálidos). Se recompensan además las buenas ideas, se provoca el pensamiento y las ideas de las personas para que su cerebro, (el cual actúa como un músculo), se ejercite, crezca y se vuelva más flexible.
Una vez se generen estas condiciones, es importante plantear objetivos claros, aplicables y productivos, retando los paradigmas, creencias y modos de hacer, mediante el uso de preguntas provocadoras y estimulnates. Por último se definen reglas de trabajo que faciliten el trabajo como “Una vez que una idea sale, ya es propiedad de todos, no del que la enunció, por tanto podemos atacarla y realimentarla”.
El líder:
Es un miembro más del equipo, rota la dirección para los ejercicios, escucha, escucha, pregunta y pregunta, evita aseverar y juzgar, en este sentido, Invita a construir sobre las ideas de los otros. Realiza preguntas provocadoras, que estimulen la discusión, provoquen la manera en que se está pensando y rete la comodidad mental.
Estimula a su equipo a redefinir los desafíos o preguntas, para ayudar a ver las cosas de forma distinta y con nuevos ojos. Sabe lo que quiere y por ello crea escenarios sistemáticos y formales para generar ideas y es capaz de involucrar diferentes niveles y públicos de la organización.
Conoce el inmenso valor del reconocimiento, recompensa a las personas por intentar hacer cosas nuevas y es tolerante con el fracaso. En este sentido anima a que cada miembro del equipo se convierta en un excelente observador, desafía a su gente para hallar en otras industrias, campos o productos no relacionados, la solución a otras situaciones. Como resultado, Invita y exige que su equipo conozca bien la Organización, sus clientes, el mercado, la competencia y las tendencias para el futuro del negocio, del País y la humanidad.
Sobra decir que es ejemplo de valentía, riesgo, creatividad y flexibilidad, por eso actúa de manera osada para elevar siempre el nivel de aspiraciones y los estándares de su gente. Restrinje el impulso de asumir la primera solución que aparece e invita al desenamoramiento de las ideas y para esto estimula el planteamiento de ideas que combinen realidades diferentes, que relacionen cosas que no tienen relación aparente, a mirar lo que está oculto, lo menos evidente, lo más curioso.
Entiende que toda idea se puede observar desde diferentes perspectivas: los datos, los hechos, las emociones, lo positivo, lo negativo, lo intuitivo, lo analítico y racional. Asume un pensamiento práctico para aterrizar lo que se quiere y ponerlo en marcha. Renuncia a la idea de la creatividad como un acto espontáneo y fortuito y abraza el estimulo de la innovación como una de las responsabilidades de gestión del líder del futuro inmediato.
El Equipo:
Las personas reconocen las ventajas y desventajas de cuestionar el Stato Quo, por esto las ideas dejan de ser un asunto de ego, pasan a ser un asunto de construcción conjunta, generan una actitud autocrítica frente a lo que se necesita mejorar, identifican las zonas de comodidad mental y desafían el conformismo. Los miembros del equipo entonces, reconocen la importancia de asumir riesgos y entrar en terrenos desconocidos; así la gente se atreve a compartir su conocimiento sin prevenciones y se sienten retados a actuar de manera autogestionada y empoderada por lo que dicen, piensan, hacen y sienten.
Lo anterior permite la creación de hábitos en el equipo donde las personas se disponen a crear ambientes colaborativos potenciados por redes sociales, participan y comparten de manera abierta, se ven como parte de una red de trabajo, se estimula la diversidad, la multiplicidad de enfoques, incorporando intereses disimiles, incluyendo a distintas áreas funcionales, y favoreciendo los contrastes generacionales.
Los miembros de la organización se abren al mercado, al cliente, a las tendencias del mundo; salen, escuchan, observan y llevan ideas e inquietudes a los grupos de trabajo, lo que estimula la creación de ambientes de ambientes de confianza, donde el equipo puede tomar riesgos y decir lo que piensa.
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