De vez en cuando sal afuera y siéntate, por la noche al atardecer cuando hay una ligera brisa que toca tu cuerpo, y hace que las hojas y los árboles se muevan con suavidad.
En realidad, no estás tratando de hacer nada. Estás simplemente permitiéndote ser, muy abierto desde lo profundo del interior, sin agarrarte absolutamente a nada.
No traigas a la memoria algo del pasado, de un recuerdo. No preveas que alguna cosa debería suceder no te aferres a algo del presente nada de lo que percibes necesita ser establecido con certeza. Simplemente deja que la experiencia tenga lugar, muy libremente para que tu vacío, abierto corazón sea envuelto por la ternura de la verdadera compasión.
Chöky Nyima Rinpoche
consultoria-humana.net
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