“La esencia del valor es vivir sin engañarnos. Sin embargo, no es fácil observar con sinceridad lo que hacemos. Vernos con claridad es al principio molesto y embarazoso. A medida que aprendemos a vernos con más claridad y a ser leales, empezamos a percibir cosas que preferiríamos negar: nuestra sentenciosidad, mezquindad y arrogancia. No se trata de pecados sino de hábitos temporales de la mente que pueden desaparecer. Cuanto más los conozcamos, más débiles se volverán. Así es como llegamos a confiar en que nuestra naturaleza básica es extremadamente sencilla y carece de la lucha entre el bien y el mal.
Un guerrero empieza a hacerse responsable de la dirección que toma su vida. Es como si lleváramos a cuestas un equipaje innecesario. Las enseñanzas nos animan a abrir las maletas y a observar atentamente lo que hemos metido en ellas. Al hacerlo empezamos a comprender muchas cosas que llevamos y ya no las necesitamos.”
Pema Chödrön “Los lugares que te asustan”
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