Ser humano es como estar en una casa de huéspedes. Cada mañana una nueva llegada. Una alegría, una depresión, una maldad, algunas percepciones momentáneas, que aparecen como visitantes inesperados.
Dales la bienvenida y atiéndelos a todos ellos, incluso si llega un grupo de lamentos que barren violentamente tu casa y la vacian de muebles. Aún así, haz los debidos honores a cada invitado. Quizá esté enseñando algo para tu regocijo.
El pensamiento oscuro, la vergüenza, la malicia, sal a buscarlos a la puerta riendo, e invítalos a entrar. Estate agradecido a quien quiera que venga, porque cada uno ha sido enviado como guía del más allá.
Rumi (Místico Persa del siglo XIII)
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