A primera vista el empoderamiento de personas mayores que el líder no debería ofrecer ninguna diferencia con el empoderamiento de cualquier otra persona, sin embargo, hay unas particularidades que voy a resaltar. Antes quiero recordar las premisas básicas del empoderamiento efectivo:

1. La mayor responsabilidad del líder es asegurar que sus colaboradores sean exitosos.

2. El líder debe hacer consciencia de las diferencias entre su forma de pensar, sentir y actuar, y la forma de pensar, sentir y actuar de sus colaboradores.

3. El líder siempre debe asegurarse de que la persona empoderada tiene claros los objetivos, los resultados esperados y el alcance de las responsabilidades.

En la situación que nos ocupa, el líder al momento de empoderar debe tener muy presente, más allá del objetivo y los resultados esperados, que quiere que suceda con la persona en el proceso. Si se trata de una persona que está en un momento de su vida en que ya siente que llegó al techo de su capacidad, es preciso generar una conversación sobre el sentido que tiene la experiencia en el marco de la evolución personal y profesional. Esta es una reflexión sobre el ciclo de vida, las expectativas, el proyecto de vida, el cierre de un ciclo y la apertura de uno nuevo.

Obviamente, las situaciones son diversas, y las posibilidades tan variadas como personas pueda uno encontrar, sin embargo considero que la forma en que el líder establezca la relación con el colaborador  es clave; y digo esto porque una persona mayor puede tener mucha experiencia y conocimiento que el líder no tiene, pero lo que si tiene el líder es el poder de generar un escenario en el que la persona sienta que en la medida en que entrega lo mejor de sí misma para el logro de objetivos, genera su propio desarrollo. El líder debe ser facilitador el desarrollo y el logro.

En el sentido más práctico hay seis claves para este empoderamiento:

1. El líder reconoce las capacidades de la persona con mayor experiencia y conocimiento y hace exigencias acordes con su desarrollo.

2. Crea un escenario para que la persona logre desplegar estas capacidades. (posiciona a la persona en el equipo, el área, la organización, los clientes, etc. Y le otorga el permiso para tomar las decisiones y llevar a cabo las acciones necesarias para el logro de los objetivos).

3. Conversa con la persona sobre el grado de exigencia del empoderamiento, en conexión con el nivel de desarrollo de sus capacidades en el marco de sus aspiraciones.

4. Siempre conversa con la persona empoderada para explicitar que cualquier variación en el contexto está inspirada por el logro de objetivos y el desarrollo personal y profesional.

5. Que las capacidades de cada persona se desarrollan en la medida en que el nivel de exigencia genera una presión adecuada para su despliegue.

6. Hace acompañamiento para dar apoyo emocional en momentos exigentes y pide resultados acordes con la evolución del proceso en el marco de las expectativas mutuamente acordadas.   

* Empoderamiento efectivo. Humberto Sandoval B. Editorial Consultoría Humana. Bogotá, 2017

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