Es claro que con los grandes avances tecnológicos de las últimas décadas ha surgido la necesidad de repensar en las formas como trabajamos, sin lugar a dudas la pandemia del COVID-19 acelero inesperadamente este proceso y nos ha derivado en una nueva era la del trabajo híbrido.

Debido a las diferentes directrices gubernamentales alrededor del mundo, el trabajo híbrido se impuso por necesidad, sin embargo, también planteo diversos retos en la manera en la que directivos y líderes deben manejar sus equipos de trabajo compaginando la esfera presencial y virtual.

Ventajas inesperadas

Normalmente, lo común para la mayoría de organizaciones y líderes era pensar que el modelo de trabajo híbrido representaba ceder y mermar el rendimiento laboral de sus colaboradores, sin embargo, diversas investigaciones principalmente en Europa muestran que el 80% de los líderes manifestaba que sus empresas eran más productivas que antes de la pandemia.

Esto se debe a que el modelo híbrido manifiesta diversas ventajas entre las que se encuentran mayor independencia de los trabajadores para utilizar mejor su tiempo y cumplir con sus tareas, posibilidad de cumplir con sus labores en entornos no tradicionales, tener mayor contacto con sus familias y/o seres queridos cuando trabajan.

Sin embargo, también presenta desventajas como la soledad o saturación laboral que se pueden causar en el hogar, por lo cual en este punto las tareas y actividades presenciales de la organización pueden contrarrestar estos efectos, haciendo del trabajo híbrido una forma casi ideal para compaginar la vida social y laboral para todos los integrantes de la organización.

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