“Cuanto mayor sea la distancia que uno pueda contemplar (imaginar) hacia el pasado o el futuro, mas sabia e inteligentemente podrá actuar”
Dilts, DeLozier, Bacon.
Hace unas semanas conversando con un buen amigo empresario me compartió su inquietud y preocupación al ver que, para algunas personas de su equipo de trabajo, era muy difícil adoptar cambios relacionados con: su forma de trabajar, su liderazgo, las conversaciones, el asumir nuevos retos, repensar el negocio y emprender iniciativas que puedan impulsar el desarrollo de su empresa para afrontar los desafíos de los mercados.
Después de compartir detalles, divagaciones y anécdotas, hubo tres puntos que me llamaron la atención como producto de la conversación a propósito de las personas y equipos que han logrado apropiar los cambios, obviamente pedí su permiso para compartirlos sin revelar datos de su empresa, a lo cual accedió amablemente y por eso los quiero ofrecer a manera de síntesis, estos son:
A mayor foco de atención en la “resistencia al cambio”, menor disposición a apropiarlo.
Cuando los líderes y equipos lograron conversar amigable y fluidamente sobre los retos presentes, las oportunidades futuras dejando atrás los juicios y reclamos, la disposición de las personas mejoró, él me confesó que su estilo de dirección formal y puntual no le estaba funcionando y optó soltar el rigor habitual, escuchar más, compartir la informalidad de su equipo y conversar sin acartonamientos.
En este ambiente desprevenido se dio cuenta que, cada vez mas personas, hablaron de sus temores frente al futuro y el de su familia, la angustia que les generaba las altas expectativas de su líder (mi amigo) y el no poder cumplirlas dada la creciente incertidumbre mundial en el sentido económico y los resultados de los análisis de los mercados. A pesar de ello, y para resumir, poco a poco ellos mismos fueron orientando la conversación hacia aspectos que podían empezar y cambiar. Mi amigo mantuvo su disposición de escucha todo el tiempo, estaba dispuesta a esperar para ver que rumbo tomaba el encuentro.
Tenía que atender otros compromisos y antes de retirarse de la reunión les agradeció por sus manifestaciones y les recordó ocasiones en las cuales habían logrado superar grandes desafíos, les pidió que tuvieran esto en mente y dieran curso a los temas que consideraban podían gestionarse ágilmente con sus equipos para avanzar con los retos. Le sorprendió que su cambio de actitud hubiese aportado al equipo, y me dijo, la verdad yo no hice mas que escucharlos.
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