Algunas de ellas son explícitas, otras son invisibles. Un buen catalizador del cambio debe identificarlas, entenderlas, aliarse con ellas para poder abordarlas de forma constructiva y en beneficio del proceso de cambio. Recuerde: “El cambio es un tema de percepción y con altos contenidos emocionales”.
1) Expresar dudas con respecto a la necesidad de introducir un cambio.
2) Inundar la información con infinidad de detalles y explicaciones.
3) Discurrir largamente acerca de los aspectos secundarios del cambio, esmerándose en demostrar hasta qué punto éste no será realizable en la práctica.
4) Evocar la multitud de enojosas consecuencias que, con toda seguridad, acarreará la implantación del cambio.
5) Abstenerse de cooperar activamente en el proceso de implantación.

6) Expresar apatía, indolencia, inmovilización y/o confusión.
7) Adoptar una actitud legalista o dependiente en la que uno se limita a hacer lo estrictamente indicado.
8) Entorpecer el ritmo de trabajo.
9) Desacreditar o atacar a los iniciadores del cambio.
10) Aprovechar todas las oportunidades de suscitar discusiones en torno al cambio en cuestión.
11) Sacar a relucir todas las dificultades encontradas en el proceso de implantación.
12) Convertir el proyecto de cambio en chivo expiatorio de todos los sinsabores del sistema u organización.
13 Sugerir con regularidad que se reconsideren los plazos de implantación.

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